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ENTREVISTA | Bolívar no es una deidad, fue un humano de carne y hueso: Fermín Goñi

29/10/2023 - 12:00 am

Fermín Goñi Bidaurreta habló en entrevista con SinEmbargo sobre su novela Todo llevará su nombre, que muestra a un Simón Bolívar en los últimos días de su vida.

Ciudad de México, 29 de octubre (SinEmbargo).– “He tratado de novelar al que me parece que es el Bolívar de carne y hueso, no al Bolívar que vemos en los monumentos, a 10 metros de altura en un caballo de bronce y es magnífico. Bolívar era un ser humano y murió como un ser humano, lo que pasa es que a partir de un momento hubo un sector de la población en América que decidió convertirlo en deidad y yo creo que no es eso”, señaló en entrevista Fermín Goñi Bidaurreta.

Goñi Bidaurreta, un periodista, politólogo y escritor español, publicó en 2014 Todo llevará su nombre, una novela que muestra a un Simón Bolívar enfermo, perseguido y cansado en los últimos días de su vida. El texto ahora es reeditado por el Fondo de Cultura Económica y sobre él habló el autor en entrevista con SinEmbargo.

“Bolívar se está muriendo, pero él piensa que todavía puede subir por el pico de Santa Marta (en Colombia) para recuperar la salud y entonces una vez que tenga fuerza navegar hasta Londres, pero la triste realidad es que es un enfermo terminal y que le quedan pocos días. Él al final lo asume cuando faltan 10 días para su muerte y se va confesando con el médico que le está atendiendo”, compartió Fermín Goñi.

El médico al que se refiere es Alejandro Próspero Reverend, el primero de su profesión al que el Libertador hizo caso. “Nunca había hecho caso a ningún médico porque él decía que no confiaba ni en los médicos ni en los curas, porque los médicos dan recetas y los curas bendiciones y ninguna de las dos cosas curan eso lo dice él en una en una carta”.

En ese sentido, mencionó Goñi, la novela muestra el final de los días de Simón Bolívar, pero simultáneamente como el médico es francés y no conoce prácticamente nada de la vida del Libertador lo que hace es preguntar a su entorno de máxima confianza, su pequeño Estado Mayor, cómo comenzó aquello. “Por lo tanto la novela tiene las dos partes. Bolívar está muriendo y simultáneamente estamos contando cómo comenzó la lucha por la independencia en América del Sur”.

Fermín Goñi explicó que una vez que Bolívar muere en diciembre de 1830 todavía van a pasar unos años hasta que comience a reconocerse la obra que hizo. “Tardaron como 15 años en Venezuela en reconocer la figura de Bolívar, repatriaron sus restos que habían estado escondidos en Santa Marta, literalmente escondidos, porque temían que los pudieran profanar y a partir de ahí ya comienza la figura a tomar su auténtica dimensión, pero no solo en América o en América del Sur, en Estados Unidos, en Europa y comienza a hablarse de la gesta de Bolívar, la gesta de Libertador y pasarán todavía más años hasta que ya a mediados del siglo pasado Bolívar pase a un estadio superior para algunos claro en el que es una divinidad”.

El escritor Fermín Goñi.

En ese sentido expuso que es un error ver a Bolívar como una deidad y no como un humano. “No es otra cosa, pero su hazaña es impresionante tanto así que Bolívar es la única figura que hay en la historia universal cuyo apellido pronunciamos prácticamente a diario muchas personas en muchas partes del mundo eso no ha pasado con Napoleón NI con Julio César ni con Alejandro ni con nadie. Por eso es un caso único”.

En cuanto a título de Todo llevará su nombre, mencionó cómo en una parte de la novela, al final, hay dos personas que hablan sobre quién es Bolívar cuando se está inaugurando el monumento que está en Nueva York que es un momento enorme. Bolívar a caballo. “Son dos hermanos, uno le dice al otro ‘es que estamos presenciando el homenaje a la figura más grande de cada América y entonces el otro contesta así yo creo que todo llevará su nombre y es verdad’”.

“O sea, Bolívar da nombre a cosas como nadie ha dado en el mundo o sea a Bolivia, a la República Bolivariana de Venezuela, aeropuertos, puertos, universidades, carreteras, monumentos, un satélite espacial, un submarino nuclear, todo llevará su nombre”.

Con respecto a los pasajes en los que se da voz al Libertador, Goñi indicó que si bien hay alguna frase que él adecuó a la norma de conducta de él, la mayor parte de las frases están sacadas de su correspondencia. “O sea para entender a Bolívar hay que leerse su correspondencia que son casi 12 mil cartas porque desgraciadamente Bolívar no dejó teoría política ni escribió nada, no escribió un libro”.

Goñi expuso cómo con la muerte de Bolívar continúa la lucha intestina en Sudamérica. Mencionó que una vez que fallece, él tenía entre sus pocas pertenencias una casa con botones de oro en donde decía viva la América Libre. “Él no hablaba de la Gran Colombia ni de la Nueva España ni del Perú ni de nada. América. Y ese es el sueño que no pudo llegar a concluir y que todavía está por realizarse. Bolívar ya hizo lo que tenía que hacer, el resto lo tendremos que hacer los demás entre todos”.

Obed Rosas
Es licenciado en Comunicación y Periodismo por la FES Aragón de la UNAM. Estudió, además, Lengua y Literatura Hispánicas en la Facultad de Filosofía y Letras.
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